En estas vacaciones de verano, donde hay días que ya no sabemos ni que hacer en casa jajaja, estuve revisando mis chucherías guardadas en mi cuarto y encontré un artículo que abordaba el tema de las espeluznantes verdades sobre los vampiros en la revista National Geographic del año de 1999. Me pareció interesante transmitírselos y ante el incremento desmesurado de mi ocio aquí se los transcribo.
El conde Drácula, quizá no fue un verdadero vampiro, sino un enfermo de rabia. Las leyendas de vampiros describen cadáveres masculinos que abandonan sus féretros para seducir mujeres y atacar humanos y animales, lo que sorprende al médico español Juan Gómez-Alonso, quién observó similitudes entre los atributos de los vampiros y lo síntomas de la rabia; como la sexualidad exacerbada, espumarajo y una reacción a la luz brillante.
Al ahondar en el tema, el médico descubrió que la Hungría rural sufrió una epidemia de rabia en el siglo XVIII que se extendió por Europa mientras proliferaban los relatos de vampiros. Por ello, Gómez-Alonso cree que los campesinos, aterrorizados por la rara conducta de las victimas de rabia, concibieron este mito para explicar el fenómeno.
De esta manera mis queridos lectores, al igual que el mentado fenómeno latinoamericano del chupacabras de mediados de la década de 1990, el fenómeno tan popular de los vampiros puede resultar un gran mito que se divulgó entre la perrada rural europea. Aunque habrá que hacer una clara distinción entre ambos “fenómenos” ya que sin lugar a dudas la corriente vampirezca ha tenido un buen número de seguidores y se ha creado toda una industria alrededor del señores de la noche jajaja.
Por cierto, para comprender de mejor manera el titulo de ésta entrada, favor de leerlo de derecha a izquierda jaja así entenderán el sentido de la vida…..jaja bueno sólo del titulo. Yo también fui instruido por un buen amigo conocedor del tema, que no Jimmy? jajaja