Hoy se llevo a cabo un evento en la Alberca Olímpica de la Ciudad de México para despedir a los cuatro clavadistas mexicanos que irán a competir en las próximas olimpiadas en Beijing.
He de mencionar que fue un evento “patrocinado” por el fabuloso Banco Azteca, propiedad de la televisora del Ajusco; la cual aprovechó la situación para decirse partidaria incondicional del apoyo a los deportistas mexicanos. En un supuesto evento donde el objetivo primordial era la despedida de los cuatro clavadistas, el show no se hizo esperar y la exhibición que los chicos realizaron estuvo supeditada a los innumerables cortes comerciales que Banco Azteca atascó durante toda la hora que duró el evento, cantantes del reality show de La Academia y demás.
Desde mi perspectiva, la intensión de despedir a los clavadistas mexicanos estuvo maleada desde el inicio, ya que tuve la impresión que fue un evento en el cual se quería hacer notar a la institución bancaria y a la televisora como verdaderos actores preocupados por apoyar y patrocinar a los clavadistas, más que brindar una despedida digna y merecida hacía un atleta que representará al país en la competencia olímpica.
Es una tristeza que éste tipo de empresas quieran usar a los muchachos como trampolín publicitario, que traten de proyectar su imagen y obtener más recursos gracias a un puñado de jóvenes que desde edades tempranas se han esforzado y sacrificado enormemente y que a lo largo de su trayectoria han recibido muy pocos apoyos; es más fácil “meterte a la cola” unos cuantos meses antes de la justa olímpica que brindar la confianza y patrocinio desde tempranas edades.
Sé que a nivel mundial el obtener un beneficio al patrocinar a un atleta es la tendencia predominante, pero en nuestro país ésta situación se incrementa exponencialmente; uno de los casos más claros de lo mencionado anteriormente y suscitado recientemente fue el ocurrido entre Televisa y Ana Guevara, a la cual se le exigió una medalla de oro si quería seguir obteniendo los patrocinios de esa patética televisora.
Ya veremos después de las Olimpiadas de Beijing si es que el populacho banco y la televisora azteca siguen apoyando de manera vehemente a los cuatro clavadistas como lo han venido haciendo súbitamente en las últimas semanas. Desafortunadamente los jóvenes atletas son los que llevan la peor parte, ya que cada que se aproximan las competencias las empresas mexicanas se acuerdan de que existen.
1 comentario:
Tienes muucha razón. Indigna cómo estas empresas explotan el esfuerzo realizado por los jóvenes deportistas del país y se aprovechan de sus logros para darse todavía más preyección de la que ya tienen.
Y pienso que además les sale contraproducente: el objetivo de la publicidad es colocar una marca en la mente de la audiencia, que cuando necesiten un banco, digan "ah, pues está Banco Azteca", pero bombardear y bombardear con comerciales del mismo producto se puede lograr hasta aversión hacia el producto. Digo, nomás con ver la última edición del Super Bowl ya nomás oigo "Just For Men" y se me revuelve el estómago.
En suma, no sólo éticamente es hasta grotesca la forma en la que un evento deportivo se convierte en un evento publicitario, sino que además no me parece muy efectivo.
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