martes, 3 de junio de 2008

Hoyos Negros!


Durante nuestra vida académica, alguna vez hemos oído hablar acerca de los llamados “hoyos negros” que existen en el vasto espacio sideral, sin embargo pocas veces se ha profundizado en el tema y la duda continua en nuestras cabezas sobre exactamente qué es un hoyo negro!.


Resulta mis queridos lectores, que un hoyo negro es la consecuencia directa de la explosión de una supernova, –una estrella que ha crecido y pesado enormemente- la cual ha perdido combustible nuclear en su centro, lo que trae como consecuencia que ya no pueda soportar el peso que implican las capas exteriores -corteza-. La explosión es tan impresionante que a millones de años luz, se puede observar con la ayuda de un telescopio dicho suceso.


En el transcurso de la explosión millones de partículas, gases y materiales que componían a la estrella salen disparados a grandes velocidades expandiéndose por todo el Universo; mientras esto sucede, en el centro de lo que fuera la estrella –de tamaño similar al Sol o más grandes- acontece un evento totalmente diferente, ya que el centro de dicha estrella se comienza a contraer rápidamente hasta formar un diminuto punto que llamamos “hoyo negro”. Lo más interesante de esto, es que este pequeño residuo de la vieja estrella contiene una fuerza inimaginable de gravedad que atrae nuevamente a todos los elementos que formaron esa estrella y se los “devora”.


Dicen por ahí, que se le denomina “negro” porque aún viajando a la velocidad de la luz es imposible escapar a la atracción de éste cuerpo; la fuerza gravitacional que posee es gigantesca y a su paso va atrayendo a otras estrellas, planetas y todo cuanto se le cruce en el camino. Se dice que en el centro de nuestra Galaxia –o sea la Vía Láctea- se encuentra un agujero negro millones de veces más poderoso que los observados anteriormente en otras galaxias.


Para lograr identificarlos existen dos maneras: la primera y más sencilla se refiere al momento de su accionar, esto es, mientras engullen a otro cuerpo celeste, ya que el fenómeno visual que provoca esta acción, se asemeja a uno producido por un tornado -espiral- absorbiendo poco a poco a la estrella, de manera que lo que se aprecia a gran distancia es la desintegración del planeta o cuerpo y en el “ojo” se encuentra el diminuto hoyo pero potente en cuanto atracción gravitacional.


La segunda forma de identificar a un hoyo negro –y más compleja- es cuando pasa “cerca” -a millones de años luz- de una estrella radiante y que la luz emitida por ésta se distorsione o cambie su rumbo original, recordemos que el hoyo negro puede doblar la luz; de esta manera la trayectoria natural de la luz emanada de la estrella se distorsiona, lo que nos proporciona información acerca de que un agujero negro anda merodeando la azotea jajaja.


Desde mi perspectiva éste tipo de temáticas son muy interesantes, porque si lo vemos fríamente uno se preocupa de que si Pol o Jennifer no nos hicieron caso y esas situaciones de la vida el mundo se nos viene abajo: mientras que el Universo se expande y contrae a pasos agigantados provocando que en cualquier momento se acerque un meteoro o un hoyo negro y nos cargue el payaso!!; así que la moraleja de esta entrada es la siguiente: anímate a hacer cualquier cosa de tu vida y gózala!! No vaya a ser que un hoyo negro que este en camino termine con tu vida! Jajajajajajaja


No en verdad, creo que aprender de estos temas te amplia la visión y conocimiento significativamente, ya que te concientizas de la vastedad del universo y los sucesos que en él acontecen.


Finalmente me gustaría compartir con ustedes que cuando observamos un cielo estrellado en realidad estamos siendo partícipes de un suceso pasado. Esto es, esas numerosas luces en el cielo son únicamente “la estela” que los cuerpos celestes dejaron a su paso, por decirlo de alguna manera, ya que bien pueden estar en cualquier otro lugar del universo o ya haberse apagado; sin embargo, debido a las enormes distancias que separan a la estrella de nuestro planeta la luz tarda en llegar millones de años luz, haciéndonos creer que la estrella se encuentra en un punto determinado de la bóveda celestial o que sigue existiendo cuando puede ser todo lo contrario.

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